Cada vez más personas son conscientes del enorme impacto que tiene el tabaco en la salud. Y es que, además de graves consecuencias a nivel pulmonar, cardiovascular o respiratorio, existen importantes repercusiones en la salud bucodental como:
– Aumento, hasta por tres, de enfermedades en las encías como la periodontitis. También favorece la formación de cálculos, sarro o manchas en dientes y lengua. Según un estudio, el 50 % de los adultos que consumen tabaco padecen este tipo de afecciones.
– La pérdida de los sentidos, tanto del olfato como del gusto, también es otra consecuencia del tabaco en la salud bucal.
–Disminuye el aporte de sangre y oxígeno a las encías, dejándolas indefensas contra la placa bacteriana, y aumenta el riesgo de sufrir dolores bucales, caries y retracción de las encías, lo que puede llevar aparejada la pérdida de dientes.
– El tabaco también se asocia al cáncer oral, tanto de mejillas como de encías o labios, llegando al doble de probabilidad quienes lo consumen respecto de quienes no lo hacen.
– Reduce la eficacia de los tratamientos para combatir enfermedades bucales, especialmente de las encías, debido a su carácter irritante y anticicatrizante. Tanto es así que entre el 86 y 90 % de los pacientes que no responden correctamente a aquellos son fumadores.
– Además, el tabaco también aumenta los niveles de bacterias patógenas y reduce las defensas del organismo para combatir cualquier enfermedad e infección de boca y encías. También reduce la capacidad de acción de los vasos sanguíneos, algo que limita la cicatrización tras una infección o cirugía del tejido de las encías.
Con perseverancia podrá dejar de fumar y mejorará la salud de dientes y encías. Y es que cuidar la boca es vital para garantizar la salud y bienestar de todo el cuerpo.